El olor de la lluvia viene a mí,
aún en verano.
Es el amor…
Que duerme en el olvido;
Inerte, en los grises sembríos
en la desesperanza del campesino.
Nubes de lluvia cubren el cielo de mi corazón
que palpita sin tormenta, sabor a ceniza.
La espera, muere en pena
como mi cuerpo se pierde
en el viento olor a lluvia, olor a muerte.
Quisiera ser leña
que arda besando la cordillera,
germinar en tan hermosa soledad
y no ser testamento de una tierra resignada.
Aveces sueño ser niebla, amplia y tranquila
en un ruidoso cultivo de buitres.
Aveces quiero ser canción dulce
que canta en cada hoja seca,
perdiéndome en el viento,
olor a lluvia, aún en verano.