viernes, 25 de septiembre de 2009

Lágrimas por un Dios que nunca Existio



Me despierto de la llama eterna
que trae desolación...

En mis ojos el odio espera a ser liberado.
La oscuridad abraza mi alma,
mi maestro Satanás
me llevan con las legiones,
la destrucción con el fuego del odio.

La tercera tormenta llegará pronto,
la profanación es mi renacimiento.
Voy a adorar con orgullo
los nueve corazones de los demonios...

¡He creado el Infierno!
Para destruir la miserable falsedad,
puedo encontrar el poder
en la sangre
y extraer de su cuerpo
con mis garras de acero,
vómitos en su cadáver.

En mi altar,
cuando brille la luna llena
y la ceremonia de inicio
las voces del cielo
cantarán entre truenos:
¡Eres el Anticristo,
el maestro de la masacre!

El final está cerca,
invoco a los inmortales del mal...
El tiempo ha llegado al fin.