viernes, 31 de diciembre de 2010

Florecido de Inviernos


Te beso, fecundando tu tierra,
como las yemas de tus ramas
acarician mis hojas;
que germinan mudas,
con tu más dulce melodía.
Allá, donde el viendo
se desgarra con la cordillera.

Los surcos de mis huertas se abren
como mi pecho, amplio y tranquilo,
que muere, junto a tu íntima ladera.

Soy parte de tu niebla, de tu frío
tu tortura viva.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Donde Termina el Horizonte




Siento el contacto de mi piel
con los alisos.
Que son mudos testigos,
de tus abrazos.

Tal vez estaba predestinado para mí
caminar, a través de tus bosques,
ahogado en la penumbra
hasta el final de mis días.

Correr cada mañana,
a tu chimenea
para encender mi fuego
y arder, tenaz en tu mirada.

Mirarme en el vestigio del rocío,
de la húmeda hierva
y seguirte, enredado a tus pies.

Lo veo todo, en sueños.
El viento, de verano
la aurora, de otoño
la primera lluvia, de invierno
el resplandor, de primavera.

Y mi desvanecimiento,
en tu boca.

viernes, 8 de octubre de 2010

Un muerto coronado sólo de su nada


He aquí un hombre inmaterial,

incompleto y ridículo 
empapado de noche y miseria.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Atrum Regina (Capítulo I)


Amo la oscuridad de tus bellos ojos,
Amo tu voz tenue y mágica.
Amo todo lo que hay en ti.

Oh! Dulce Reina, oh! dulce beldad,
mas si no estás, todo es gris.

Y sin embargo, aún en tu ausencia
ámame con ternura,
aun si soy un maldito ingrato,
aun si perdido me encuentre.

Sé mi madre,
sé mi hermana,
sé mi amante
La eterna dulzura del invierno,
de un sol ahogado y sepultado.

Enamorado de tus ojos ciertos
muero por vivir en un beso tuyo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Amada Mía


Escucha mi voz, que canta desde su fosa;
escucha  trepar hasta tu cuello
mi voz agria y falsa.
Malsana balada que me brota
tan cruel, como tus negros ojos.

Escucha esta canción, hecha para ti
hurga en tus manos, amada mía,
mi perfume de insomnio.
En tus labios rojos,
la dulzura martirizante de mis besos
la angustia hecha escarcha.

Siénteme, amada mía,
hoy que agonizo de auroras,
que embriagado en melancolía
deambulo incesante,
tan lejano, crápula  y fantasmal.
Irreconocible ante tus manos cariñosas.

Amada mía,
Escucha mi canto,
mi voz agria y falsa.
Malsana balada que me brota
tan cruel, como tus negros ojos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Decadencia (Cap. Final)


Sumido en frío trance
esculpo la silueta de la miseria,
cuando afuera parece desvanecer.

Deambulo, como muerto de media noche
en tus sueños e ilusiones,
cuando arde tu cama en locura.

Los años caen en tu vida
en un frenesí de cenizas
y se pierden en tu palidez,
en tus sombras, que son insondables.

Soy un sueño fugaz…

Cierra los ojos y a soñar.



jueves, 9 de septiembre de 2010

Decadencia (Cap III)





Bajé al Infierno...

Al tercer día resucité de entre los muertos;
pero no quiero sentarme
ni a diestra ni a siniestra
de Dios Padre Todo Poderoso.

Bajé al Infierno...

Al tercer día resucité de entre los muertos;
Dios no me quiere,
ni a diestra ni a siniestra.

Condenado a tus ojos ciertos,
condenado a pronunciar tu nombre
como si fuese la oración que redime mis sueños.
Un día olvidaré mis manos inertes,
frías piedras en las noches del desierto,
para volcarme en tu nombre
y ser la parte amarga de tus huesos.

De tanto amarte, en mi nefasta conciencia,
un día bajaré al Infierno de tu mano
pero no habrá tercer día,
ni resurrección, ni otra maldita condena.

Dios me hizo un hombre libre
y confinó mi libertad
a la tibieza agobiante de tu sexo.
Dios te hizo malditamente bella.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Decadencia (Cap II)


Suena una maldita orquesta,
una magnífica sinfónica pervertida.
Suenan los acordes, suenan sin cesar;
¡Únanse a esta fiesta!
Que incita hacia una larga noche.

La alegría explota con los violines,
malsanas flautas me estremecen.
De esta locura disonante me enveneno,
de esta terrible maldición.

El gran banquete de la gente feliz,
la gran noche del jolgorio.
Tanta falsedad se me entierra en los ojos
como mil puñales de escarcha y sal.

Todos bailan, se abrazan y me repudian,
Y es que soy el reflejo de un mundo perdido.
La condena de los vagabundos
y la miseria mal vestida.

Suena la orquesta maldita
acompaña mi deseo de muerte.
Vivo en un mundo demoníaco
en un universo despreciable y repulsivo.

Lo más prudente va ser dejar mi cuerpo colgado,
balanceándose, ahora, a las puertas del Infierno.

domingo, 6 de junio de 2010

Decadencia (Cap I)


El olor de la lluvia viene a mí,
aún en verano.

Es el amor…

Que duerme en el olvido;
Inerte, en los grises sembríos
en la desesperanza del campesino.

Nubes de lluvia cubren el cielo de mi corazón
que palpita sin tormenta, sabor a ceniza.
La espera, muere en pena
como mi cuerpo se pierde
en el viento olor a lluvia, olor a muerte.

Quisiera ser leña
que arda besando la cordillera,
germinar en tan hermosa soledad
y no ser testamento de una tierra resignada.

Aveces sueño ser niebla, amplia y tranquila
en un ruidoso cultivo de buitres.
Aveces quiero ser canción dulce
que canta en cada hoja seca,
perdiéndome en el viento,
olor a lluvia, aún en verano.

viernes, 21 de mayo de 2010

Una Mañana, en Otoño


No va a despertarte la tierra
que cae sobre tu ataúd.
Tampoco la corona, de hermosas flores,
que mis húmedos ojos te han traído.

El viento sopla el polvo en el camino
donde descansas junto al pasado.

Obligado a un amor muerto,
llevo tu imagen conmigo.
Tengo que llorar todos los días por mi amor.

Casi no siento la suave brisa,
que se mueve como una mariposa pequeña.
Mi mente se pierde en un sueño,
y lentamente empuja las nubes sobre mí,
Muy alto en el cielo, muy alto sobre mí…

No oigo nada, no veo nada
Yo vivo una vida de un profundo vacío
que no es más, que un sombrío pergamino,
sin tinta, sin sombras, sin firma.

Hace tiempo se cerró un corazón,
Un insano corazón, que:
Yo mismo he cerrado para siempre.

sábado, 20 de marzo de 2010

Lamentos Sobre las Cenizas


La noche me arrastra,
me devora por completo.
En las llamas y el polvo,
ardo sin misericordia.
En los vientos helados
puedo encontrar mi camino.
Las rosas te recuerdan tanto
como el olvido que tengo engendrado.
Bebí de tu amor hecho de mentiras
respiré de mis sueños y tus ausencias.
Tu nombre quema en mis cicatrices
tan virgen y prostituta te hallas
en el sudor de mis lágrimas.
Mi mente vacila taciturna
tras una delgada línea de lamentos.
Dolido en un cielo infinitamente puro
descanso en un vasto silencio.
Mil veces he muerto para ti.


miércoles, 17 de febrero de 2010

Una Tumba Poco Profunda



Tengo que caminar
a través del rocío de la mañana.
Estoy sólo para afrontar el maldito día,
torturado por una visión de silencio sepulcral.

Toma mi mano, por favor, sígueme…
Yo era tu amor y tu destino;
vamos a ir por las verdes montañas
a un lugar donde nuestras almas,
perdidas, puedan al fin ser.

Empapado de apatía,
las manos frías aferrándose
a algo que se ha ido;
da inicio la travesía más oscura.

Tengo que caminar
a través de una luz tenue.
Hecho de menos aquella sensación
la sensación que el tiempo se detiene.

Que mis palabras sean grabadas
en el olor de los campos,
traté de entender tan bien como puede
tú llevas ahora mi sangre,
mi fe y mi fortaleza.
Me he quedado sin nada.

Tengo que caminar
la lluvia cae de mis labios.
los más limpios de todos.

jueves, 28 de enero de 2010

Soledad


¿Existe algo que puede ser tan significativo como la Soledad en este mundo sin valor?