viernes, 31 de diciembre de 2010

Florecido de Inviernos


Te beso, fecundando tu tierra,
como las yemas de tus ramas
acarician mis hojas;
que germinan mudas,
con tu más dulce melodía.
Allá, donde el viendo
se desgarra con la cordillera.

Los surcos de mis huertas se abren
como mi pecho, amplio y tranquilo,
que muere, junto a tu íntima ladera.

Soy parte de tu niebla, de tu frío
tu tortura viva.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Donde Termina el Horizonte




Siento el contacto de mi piel
con los alisos.
Que son mudos testigos,
de tus abrazos.

Tal vez estaba predestinado para mí
caminar, a través de tus bosques,
ahogado en la penumbra
hasta el final de mis días.

Correr cada mañana,
a tu chimenea
para encender mi fuego
y arder, tenaz en tu mirada.

Mirarme en el vestigio del rocío,
de la húmeda hierva
y seguirte, enredado a tus pies.

Lo veo todo, en sueños.
El viento, de verano
la aurora, de otoño
la primera lluvia, de invierno
el resplandor, de primavera.

Y mi desvanecimiento,
en tu boca.