viernes, 24 de junio de 2011

Mortemia



Llévame a casa, a la noche de los tiempos.

Tú, capaz de sobreponer  mis abatimientos
de juntar lo separado, de enderezar lo que cae,
de reparar lo destruido.

Tú, el reflejo de la tierra,
con entrañas de miel y azúcar;
resplandor absoluto en tan espantoso tumulto.
Mujer prudente, mujer sabia
que quiebras mi angustia con estruendo azul
te doy mi alma para devorar
quema mi lengua con tus aguas de cielo,
da rienda suelta al fin del mundo,
yo soy tuyo, en hielo y fuego.

Mortemia, amo cada una de tus páginas
y escribo cada pensamiento infinito
en cada célula que toca mi corazón;
mi sangre ha perdido hasta sus venas
por la lucidez de tu vida y sus flores.

Llévame a casa,
más allá de las barreras de la luz
a la noche de los tiempos, hasta la muerte.